Conocer la playa de Matosihos nos desvió de la ruta bastantes kilómetros. Pero todos los portugueses nos la recomendaron conocer. La verdad es que fue un paseo bastante agradable pedalear por el paseo marítimo, aunque la salida de allí hasta localizar las flechas amarillas se nos hizo desesperante, recorrimos unos 10km guiados por un amable ciclista portugués hasta el aeropuerto. Los portugueses son una gente fabulosa, educada y servicial:
Al salir de Oporto interminables caminos de viñas, ¡lástima que esten verdes aun! se agradece la sombra que nos proporcionan, el camino es bastante llano en Portugal. Lo peor de esta parte del camino son las abudantes piedras destrozanalgas.
Pasamos por los pueblos de Poboa de Barcim y San Pedro de Rates, donde paramos a sellar las credenciales en el albergue. "¿te a carimbo?" o sea, ¿tiene un sello? es lo que preguntabamos en portugués.
Descanso a la hora la siesta, última parada del día, compramos agua en cada parada nos bebiamos una botella y otra nos llevabamos. Hace muxo caló!
Camino a la sombra de las viñas de la campiña de Oporto.
La foto de arriba Manolo posando con el gallo en Barcelos. Abajo Miguel en el cuartel de Bombeiros.
En la catedral de Oporto es donde encontramos las primeras flechas que nos indican la dirección a seguir, amarillas hacia Santiago y azules en dirección contraria hacia Fátima. Momentos de indecisión y preguntas a los paisanos sobre la dirección correcta a seguir. Hay que ver que limpios, aseados y que buenas caras tenemos. Aun no hemos pedaleado ni 5km.
ResponderEliminarA unos 10km de Oporto se llega a la playa de Matosinhos, donde la gente disfruta de un día ventoso pero muy soleado. Desde allí cojemos dirección hacía el interior a la bonita ciudad del gallo, Barcelos.
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